lunes, 24 de octubre de 2016

El juego de la ouija

                         

Un día, en las estrechas calles abandonadas al lado del cementerio, unos niños decidieron jugar a la ouija, pero ellos no sabían lo aterrador que era ese juego. Cuando empezaron a jugar ya había anochecido. Era la primera vez que lo hacían. Uno de los chicos se asustó y abandonó el juego. Un señor que estaba cerca les oyó y se acercó para ver qué pasaba y al ver que estaban jugando a la ouija decidió darles un buen susto. Fue a casa cogió una sábana blanca y volvió donde los chicos, espero y de pronto… ¡¡¡Buuuuuh!!!. Los chicos empezaron a chillar y salieron corriendo de donde estaban, se metieron en una casa abandonada. Uno de ellos dijo: No deberíamos de haber jugado.
El señor escondido estaba oyendo a los chicos y estaba riendo y dijo: A si aprendéis a no jugar a ese tipo de juegos.



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